COPETONAS EN SU HORA MAS TRISTE……


La tarde-noche fría y lluviosa, parecía ponerle un marco de melancolía a la convocatoria que los Copetonenses hicieron a su población, para exponer ante autoridades del partido de Tres Arroyos, acerca de su momento más triste, trágico y doloroso de toda su historia.
La muerte en su versión más infame: el suicidio de adolescentes, sacude y conmociona hoy a todos s...us habitantes.
Quise estar allí. Porque me siento parte: allí nací, crecí, y mas allá de las distancias que nos separan, sigue siendo mi lugar en el mundo.
La problemática (de la cual debemos dejar de preocuparnos para pasar a ocuparnos) que se trató en dicha reunión, no difiere demasiado con lo que le pasa a buena parte de los adolescentes de la sociedad actual en general.
Y en este caso, convierte a Copetonas y su gente, en una situación de gravedad superior, puesto que lo está pagando con el más alto precio que puede existir.
Toda problemática requiere de un trabajo serio y responsable (y en esta situación más que nunca), que nos permita: en principio: dar con el diagnóstico, y luego con el tratamiento adecuado.
En mi trato con adolescentes y padres, a través de charlas, a veces programadas y otras no, me han permitido recoger ciertas experiencias que pueden ser un aporte para tan importante causa, por lo que he querido ponerlas a consideración en este espacio.
Hay muchos chicos (demasiados), los que de acuerdo a sus propios dichos, piensan y sienten que están solo/as, que el país es una m….., el pueblo es una m….., y la sociedad es una m…..y aunque la realidad pueda marcar otra cosa, es lo que piensan y sienten, y lo que es mas grave, actúan de acuerdo a ese pensar y sentir. Esto les produce un vacío existencial que intentan a veces llenar consumiendo alcohol a raudales y/o son fácil presa de los vendedores de la muerte, que ofrecen a través de distintas sustancias, ficticios momentos de felicidad. Y cuando esto ya no alcanza quedan al borde del precipicio, donde algunos son rescatados a tiempo y otros saltan al vacío… Esa es la realidad…
El tratamiento a mi entender, debiera ser que los adultos nos ocupemos de la parte que nos corresponde, que es ni mas ni menos, la más trascendente y grande, porque todo empieza por casa, por supuesto.
La mayor parte corresponde a los padres, porque los hijos son los que los padres hacen de ellos. Un ambiente familiar , con la suficiente autoridad para poner limites, pero a su ves abierto y acogedor donde los chicos se sientan cómodos de hablar sobre lo que sienten, donde los logros se elogien y donde se refuerce y enfatice la formación de la autoestima, hará que ellos se sientan cómodos de acercarse a sus padres con preguntas y preocupaciones.
Cuando los hijos son censurados, ignorados o no escuchados en sus propias casas, deciden buscar apoyo y respuestas a sus importantes preguntas fuera de su núcleo familiar y eso es muy peligroso. Debemos mostrarles que hay otro mundo muy diferente al sinsentido que expresan ellos, que tiene que ver con el practicar deportes, la cultura, el estudio, talleres con salida laboral, etc. que no sólo los mantendrá ocupados, sino que los formará como personas, y como lo dijo el pastor presente en la reunión: lo espiritual. Porque lamentablemente Dios ha sido expulsado de las escuelas y de la mayoría de los hogares. Nos hemos alejado de El y lo estamos pagando…
Lo ocurrido en Copetonas, nos muestra que ya no hay margen para hacernos los distraídos. Requiere del máximo compromiso de toda la sociedad y el estado.
Para finalizar, ruego a Dios que esa reunión sea el comienzo de un nuevo amanecer para mí querido pueblo y que encuentre como en tiempos no tan lejanos, a padres, hijos y vecinos, juntos, unidos y felices y recupere la paz que siempre lo destacó.....

2 comentarios:

  1. Hola, mi nombre es Daniel, soy de Beccar Pdo de San Isidro y tengo una casita en Copetonas.
    Estoy de acuerdo con vos sobre la contención familiar pero también hay que tener en cuenta las pocas posibilidades de crecimiento del pueblo.
    Seamos realistas, no hay fuentes de trabajo y, sin trabajo (o sin expectativas) es difícil sobrellevar la vida. Un abrazo, Daniel.
    TRAIGAMOS EL TREN!!!!

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  2. Mi nombre es Claudio. Me crié en Copetonas y luego del secundario emigré por cuestiones de estudio. Recuerdo que cuando tenía entre 8 y 12 años (hace ya más de 30 años), se habían formado 4 grupos de fútbol menor: el de Cococho, el de Cocusa, el de Pelé y el de Cotina...éramos una banda...hacíamos entrenamiento entre semana y partidos de fútbol "en chancha grande" los sábados o los domingos, cuando "la primera" y "la tercera" no jugaba.
    La actividad era tan intensa y motivadora para la edad que teníamos, que a nadie se le ocurría consumir otra cosa que eso, el jugar entre equipos conocidos...
    Esto mejoraba la autoestima y mejoraba la creatividad de cada uno para poder ganar, sanamente por cierto, formando criterio propio para encarar otras cosas, por ejemplo, trabajo. Hay hoy ejemplos en Copetonas de compañeros míos que tienen su propio emprendimiento privado y que hace unos 20 años no existía como actividad. No voy a dar nombres porque creo que no corresponde, pero sí creo necesario que esto se vuelva a dar...
    Un saludo a la distancia Claudio F. Rezzuti

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