Equipos del Club Copetonas.....

Manuel (Cocusa) Gonzalez, Orellano, Alvarez, A. Martinez, Belando...abajo: J.Piaquadio, Jorge (Cococho) Gonzalez, Varela, Jaime, Piernes, O. Pippig...Este plantel también estubo integrado por "Laly" Dabien, Pablo Bahia y "Rulo"  Bonini, solo  cuatro jugadores eran nativos de la localidad, los hnos Gonzalez, A.Martinez, O: Pippig...

SE NOS FUÉ "EL ANGEL DE LA BICICLETA"....

Se fué Atilio Mayo, y con el, un gran dibujante de sonrisas...

Siempre se recordará a Atilio como un gran Personaje de Copetonas, adoptado desde hace varios años por Tres Arroyos, pintoresco, humilde, extremadamente generoso y de gran corazón, conocido y popular por cantor imitador, y en especial por sus piruetas en bicicleta, el no buscaba su admiración personal, ni el aplauso sino arrancarle una sonrisa a cualquier hora y en cualquier lugar al espectador ocasional, por que el no elegía el lugar o el momento, el era así a toda hora y en todo momento, su mayor riqueza estaba en su interior, en su alma bondadosa, libre de todo pecado.
Su mayor y único bien material era su bicicleta, su instrumento con la que dibujaba piruetas envueltas de mensajes de alegría destinadas a cualquiera de los transeúntes ocasionales, los que sumergidos muchos de ellos en sus problemas sentimentales, económicos, de salud, se permitían aunque mas no sea por un momento sonreír ante ese loco lindo…Toda ves que nos encontrábamos, la charla giraba alrededor de un amor compartido llamado Copetonas, ya que él amaba tanto como yo ese lugar donde nació y pasó sus mejores años….
Se fue Atilio Mayo, seguramente montado en su bicicleta, en busca de ese maravilloso lugar que se supo ganar de la misma manera con que se ganó el corazón de quienes tuvimos la oportunidad de conocerlo…Haciendo piruetas y cosechando sonrisas…
Se fué ”El loco” Atilio…Se te va extrañar amigo... Lamentablemente los locos como vos, son una especie en extinción en este mundo enfermo de odios cargados de violencia, al cual se le hace cada ves mas difícil sonreír….


Copetonas vs Deportivo Italiano En el Carlos Appas...

El Deportivo Italiano realizo la pretemporada en Brio. Reta y jugó un amistoso con Copetonas en el estadio Carlos Appas, los copetonenses de la foto son, de izquierda a derecha: J.Bugallo, M.Casabone, J.Orellano, Julio Gonzalez, Ruben Vaca, Manuel Gonzalez, J.C.Peñalva, abajo: R.Blanco, A.Monforte, Cesar Vaca, J.Blanco, Tati Vaca, Jorge Gonzalez...

Copetonas de luto..Se fué Enrique Scoccia. ..

Y un día Quique dijo, “muchachos, los dejo, me están esperando”, y así con la misma simpleza  que vivió entre nosotros, se fue al encuentro de Iris su fiel compañera de toda la vida, que se marchara un tiempito antes, como para preparar la llegada de Quique…

Enrique Tomas  Scoccia, Quique, el negro, el cura gaucho (bautizaba a todo el mundo gratis), hijo de zapatero, amante de los fierros, y en especial cosechar amigos, comprometido como pocos con su pueblo, formando parte de distintas comisiones o como simple colaborador, estuvo al frente de la delegación de Copetonas, su humildad, corazón generoso y siempre dispuesto a arrancarle una sonrisa a cualquiera, con sus historias y forma ocurrente de apodar con humor y a su ves con respeto, ya que no daba lugar a bronca alguna del vecino bautizado. Todo eso y mucho más, ya que seria imposible graficar en pocas líneas un personaje tan especial y con tantas bondades como Enrique Tomas Scoccia, izo que se ganara un lugar especial en el corazón de los Copetonense y todos quienes tuvimos la posibilidad de tratarlo, que nada ni nadie podrá, borrar jamás….
Mis condolencias y respeto para con su familia, quise recordar a Quique con seriedad, con mucho sentimiento, tristeza y dolor, pero a su ves, con esa pizca de humor que el le ponía a todo lo que hacia…Aunque tu ausencia sea solo física ya que te recordaremos eternamente …Se te va extrañar Quique….

Y ahí andará "el cura gaucho" de la mano de Iris, recorriendo el cielo, reencontrándose con tantos amigos, y con su clásico…”¡¡Che!! ¿Sabes como le dicen al santo aquel…..?









El Papa con "un hijo de Copetonas", en una audiencia por las Malvinas...

Dos días después de recibir a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el Papa Francisco dialogó en el Vaticano con una delegación de entre 10 ó 12 personas que arribó con una réplica de la Virgen de Luján, que ha sido denominada popularmente como Nuestra Señora de las Malvinas. Uno de los integrantes del grupo fué José Andersen, Kuqui para los Copetonenses, oficial retirado de la Armada Argentina que participó en la exploración aérea que encontró a los naúfragos del crucero General Belgrano. La mencionada misión fue liderada el 4 de mayo de 1982 por el capitán de corbeta Julio Hugo Pérez Roca. 
La audiencia concedida por Francisco se llevó a cabo el miércoles 19 en horas de la mañana. Andersen nació en Copetonas y reside en Ushuaia, donde se desempeña en la hotelería. 
En un diálogo previo a la audiencia con el diario la voz del pueblo, recordó que "Veteranos de Guerra de Ushuaia solicitaron una réplica de la imagen de la Virgen de Luján, similar a la que se entronizó en el cementerio de Darwin, en las islas Malvinas, y fue dañada". Las gestiones fueron realizadas a través de la Comisión Nacional de Familiares de los Caídos en Malvinas, en circunstancias en que Jorge Bergoglio era cardenal y arzobispo de Buenos Aires. En este contexto, el 8 de diciembre de 2012 se obtuvo la autorización del actual sumo pontífice para que una imagen de la Virgen de Luján peregrine por el país y luego se destine a Ushuaia.
"La imagen recorrió diversos lugares de la Argentina como desagravio por lo ocurrido en el cementerio de Darwin, para ser posteriormente entronizada en Ushuaia. La vamos a llevar a el Vaticano, para esta audiencia que fue tramitada con mucha antelación", explicó.
Por este motivo, el viernes próximo viajará a Roma. "Los Veteranos se apoyaron en la Comisión Nacional para concretar la solicitud. Será una experiencia muy significativa poder estar con el Papa -destacó-. La Virgen de Luján nos ha acompañado siempre a los argentinos y seguramente la posibilidad de estar con Francisco va a generar una sensibilidad muy especial".
La Unión Veteranos de Malvinas de Luján también participó en el proceso de reuniones y pedidos que hicieron posible obtener la réplica y logró que la imagen fuera donada por el intendente del citado lugar, Oscar Luciani.
La profanación del cementerio de Darwin se produjo en julio de 2012. Un blindex que protegía la Virgen de Luján fue destrozado con una maza o un elemento contundente. Lo sucedido en el lugar donde se rinde homenaje a los 649 soldados argentinos caídos en la guerra generó el repudio del Gobierno y pidió que se concrete una investigación, mientras que también las autoridades de las islas condenaron el ataque.
Reconcimiento
Por otra parte, la Armada Argentina en junio pasado otorgó un reconocimiento a quienes intervinieron en la tarea que hizo posible el avistamiento que salvó 770 vidas. Los naúfragos del crucero General Belgrano pudieron ser rescatados, entre ellos Blas Fernández, otro Veterano de Guerra nacido en Copetonas y amigo de José Andersen en la infancia y adolescencia.
El acto se llevó a cabo en el edificio Libertad, en la capital federal. "Julio Hugo Pérez Roca recibió la cruz de oro y los nueve tripulantes la cruz de plata. Asistieron mis dos hijos y mi nuera, la esposa de mi hijo mayor. Lamentablemente no pude estar presente porque no me encontraba en el país", afirmó Andersen.
Los restantes ocho tripulantes fueron el capitán de corbeta retirado Luis Guillermo Arbini, quien tenía similar rango a nuestro entrevistado; y los suboficiales retirados Oscar Rodríguez, Miguel Noell, José Ledesma, Juan Carlos Olivera, Celso Fossarelli, Ramón Leiva y Carlos Alberto Soria.
El mérito destacado de la aeronave Neptune 2-P-111 consistió en la decisión de Pérez Roca de dar continuidad a la tarea aún cuando carecía de las garantías de contar con el combustible necesario para regresar a tierra. Una falla en cualquiera de los motores u otro imprevisto hubiera obligado a un descenso en el agua, ante la limitada disponibilidad de combustible de reserva. "¿Si usted estuviese en las balsas no le gustaría que lo sigan buscando?", fue la frase del líder de la misión, que le dio prioridad a la posibilidad de hallar sobrevivientes más allá de los riesgos, en una muestra de valor que durante mucho tiempo no trascendió públicamente.
En cambio, hubo otra iniciativa tendiente a otorgar una distinción que no prosperó. Fue impulsada por la ex diputada nacional Liliana Fadul, del Partido Federal Fueguino, recibió aprobación en comisión pero su tratamiento no avanzó en el Congreso.

Un pequeño paseo por las calles del recuerdo de mi pueblo, con mis grandes y verdaderos amigos, los de la infancia, con los que compartí una etapa muy feliz de mi vida.


Es que la mayoría de ellos formaron parte de esa etapa de mi vida, que ha medida que mas pasa el tiempo, mas me convenzo que fue de la mas importante de mi vida. Éramos muy felices, por la simple razón que nos sentíamos todos iguales, no había  lugar para las diferencias y mucho menos para la envidia, por que no había nada para envidiar, compartíamos nuestra pobreza, necesidades, y lo poquito que teníamos, pero ese poquito era mas que suficiente para ser muy felices, haciendo realidad aquello de que “no es mas feliz el que mas tiene sino el que menos necesita”, una pelota de trapo o de goma, la querida canchita que hacia esquina con lo de Emilio Toloza y futbol todo  el año,  el otoño era época de jugar a la bolita, en la primavera, papel de diario, cañas y engrudo y a armar cada uno su barrilete, juntar cubiertas viejas y ramas para la fogata de San Juan y San Pedro…En el verano el bueno de Pole abría su inmenso corazón y nos permitía disfrutar de la temporada estival en el tanque de su quinta, tardes enteras bañándonos en calzoncillos, lo único que nos pedía a cambio era que no fuéramos a los frutales, realmente había de todo, peras, duraznos, ciruelas, cerezas, manzanas, mandarinas, naranjas, melones, era demasiada tentación, ante tantas necesidades……….

Ya de hombre, un día en la despedida de un amigo en común, charlamos largo y tendido, le agradecí por su gesto de permitirnos disfrutar de tantos veranos en su tanque y le pedí perdón porque en mas de una oportunidad habíamos roto lo pactado con el y con nosotros mismos, ya que mas allá de ser chicos, teníamos códigos, y en especial la dignidad y los valores transmitidos por nuestros padres y abuelos, estábamos traicionando parte de aquello que nos marcaban con simples palabras como, “pobres pero honestos”, “respetar para ser respetados”…
“Yo savia que no iban a poder respetar ese trato, y hasta los vi en mas de una oportunidad y no les dije nada, lo que yo buscaba era que hicieran el menor daño posible, por eso tuve que suspender algunos que se excedieron, aunque a los pocos días los permitía nuevamente, era consiente de lo que representaba ese tanque en el verano para todos ustedes” Me confesó el santo de Pole…

Dios a parte de bendecir mi familia, ha sido por demás generoso conmigo haciendo realidad la mayoría de mis sueños personales, como el desarrollar tareas solidarias, trabajar en lo que yo deseaba, hacer radio, transmitir futbol desde la liga local hasta la máxima categoría del futbol argentino, o crear y conducir dos programas que fueran premiados a nivel nacional, escribir libros, recorrer y conocer buena parte del país. Todo maravilloso y hermoso como todo lo que hace y es capaz de hacer Dios en la vida de las personas.  

Ahora bien, a medida que todo esto me sucedía aunque hasta parezca tonto, crecían en mi los temores sobre que pensarían aquellos amigos de la infancia sobre mi, me dolió en el alma que al presentar un libro allí en Copetonas ninguno de ellos estuviera presente, mas allá de eso estoy seguro que estarían contentos por mis logros, pero los veía como espiándome a través de una ventana imaginaria de mi vida, y me asaltaba la preocupación de que dudaran de mis sentimientos para con ellos, por eso en cada oportunidad que  se me presenta, manifiesto mi sentimiento irrenunciable para con el pueblo donde nací, aquel ranchito de adobe y mi infancia con aquellos amigos que fueron parte de la etapa mas linda de mi vida, a los que siento y sentiré como mis mejores amigos hasta el ultimo de mis días… Jorge Gonzalez ......


 El "Bueno" de Pole, que nos permitia disfrutar del verano en el tanque de su quinta...

La memoria de los vivos suele ser la esperanza de los muertos...y el castigo de los asesinos...



Hoy 1º de Septiembre estaría cumpliendo 70 años Ismael Blanco, mas conocido por “El Negro” Blanco, un Copetonense, que fuera brutal y cobardemente asesinado en su domicilio el día 19 de Agosto de l988. Hace unos días se cumplieron 25 años de aquella noche invernal, ventosa, fría que algunas lloviznas habían matizado durante el día… El crimen del “Negro” Blanco, fue por lejos la peor de mis experiencias a lo largo de mis 32 años en Policía, No solo por la relación que nos unía amigo-familiar con la victima, sino por las formas y alevosía con que se cometió el crimen, la muerte fue producto de dos disparos de escopeta, el primero que lo hiere en el bajo vientre y el segundo que es el letal, se lo disparan de corta distancia, estando de rodillas o tratando de incorporarse ya que le ingresa de arriba hacia abajo….

Me tocó preservar la escena del crimen hasta que llegara personal de Tres Arroyos para realizar las diligencias correspondientes, la imagen del cuerpo de mi amigo allí en el piso, el viento frió en la oscuridad de esa noche, mas los sentimientos de bronca, impotencia, y dolor, forman parte de un cuadro que a pesar de los años transcurridos los tengo grabados como si hubiera ocurrido hace 10 minutos…y se me presentan una y otra ves, un recuerdo que duele, que lastima, es como una herida que no ha de parar de sangrar, hasta que se haga justicia…

El crimen, aun hoy impune, no produjo reacciones ni manifestaciones pidiendo justicia, solo silencio, el más triste y doloroso de todos los silencios. Solo una persona luchó hasta el último de sus días en búsqueda de justicia fue Teresa Miquelarena, la que sin medios y ningún tipo de ayuda recorrió comisarías, abogados, juzgados, viajes a Bahía Blanca… Yo en ese tiempo un inexperto vigilante de la bonaerense, muy poco pude hacer, solo transmitir mi testimonio y convicción personal de como habían sido los hechos, pero eso ayer, hoy y siempre, si no se acompaña con pruebas es poco menos que nada…Es una de mis grandes deudas pendientes, que espero Dios me de la posibilidad de saldar.
De todas maneras estoy convencido, contrario a lo que muchos puedan pensar, que cada día que pasa es un día menos que falta para que se haga justicia…Falta cada ves menos tiempo para que “El Negro Blanco y Doña Teresa que tanto luchó en busca de justicia, al fin puedan descansar en Paz…

Tal ves muchos se puedan preguntar el por qué de esta evocación, quiero decirles que es la forma que elegí para recordar al amigo, y refrescar memorias, por que hay cosas que el tiempo puede borrar y/o ponerle fecha de vencimiento… Pero hay otras, como por ejemplo las que tienen que ver con nuestras conciencias donde no hay tiempo, ni nada que las pueda borrar…Por eso hoy, a diferencia de otros años he querido recordar al amigo públicamente en este espacio, con dolor, pero no con resignación…Y por que no provocar al instinto asesino del hdmp que terminó con su vida…

LUIS DEL VALLE FRANCO, LA HISTORIA DE UN EXITOSO MEDICO PERUANO CON RAÍCES COPETONENSES

Subaute era el apellido del alumno más premiado del colegio de Chincha Alta, un pueblo peruano ubicado a 200 kilómetros de Lima. Y Luis era su más ferviente admirador. Tal es así que quería ser como él. Entonces, al enterarse que había empezado a estudiar medicina, Luis decidió que en el futuro iba a ser médico. "Yo lo idolotraba a Subaute, porque era el mejor en todas las materias, para mi era como una estrella de rock", recuerda hoy Luis o el doctor del Valle Franco, quien acumula 53 años de servicio y es el más veterano del distrito de Tres Arroyos.
El deseo de igualar a Subaute el joven peruano lo empezó a cumplir en 1952, cuando llegó a la Argentina para estudiar en la Universidad de Buenos Aires. Los gastos de su mudanza a estas tierras las costeó una de sus tías maternas, que estaba casada con el ministro de Hacienda de Perú y tenía una holgada posición económica.
Luis completó una muy buena carrera, y mientras era practicante en el Hospital Piñero y ayudante de la cátedra de fisiología, le llegó una sorpresiva propuesta. "A la guardia del hospital cayó un médico que venía del sur buscando un doctor joven para un pueblo del interior. El médico era Alberto González Mendoza, quien estaba a cargo de la salita sanitaria de Copetonas. Y como yo era el único recibido, terminé aceptando viajar, pero no para quedarme sino para ver de qué se trataba", cuenta Luis, que reconoce que "en realidad le tendría que haber dicho que no".
Al día siguiente, Del Valle salió de la guardia del Piñero y a bordo del auto de González Mendoza recorrió el largo camino hasta Copetonas, en una ruta 3 que "era puro bache". La intención el peruano de hacer una vuelo rápido y pegar la vuelta a Buenos Aires, chocó con el plan del otro médico, que ni siquiera lo dejó descansar un minuto y apenas llegaron al pueblo lo llevó a la casa de distintos pacientes para presentarlo como el nuevo doctor. Después Luis se enteraría que González Mendoza tenía que irse de urgencia por cuestiones de negocios. Así fue que de la noche a la mañana, se transformó en el médico de Copetonas.
Los primeros días fueron duros, porque no tenía un peso en el bolsillo y porque no entraba ningún paciente al consultorio. "Con el paso de las semanas empezó a haber movimiento, sumado a que me había convertido en médico municipal, a fin de mes juntaba un sueldito como para las cuentas y la comida, porque la casa y el consultorio me lo había dejado el otro doctor", dice.
La vida profesional de Del Valle cambió a partir de una visita al domicilio de una señora de apellido Palacio. "Había tenido un ACV y hacía dos años estaba postrada en una cama. Yo cuando la vi no lo podía creer, porque si bien en esa época no existían las drogas actuales, tampoco se recomendaba el reposo. Por suerte en el Piñero entraban casos de ACV todos los días entonces supe como resolver la situación", indica el médico.
"La mujer estaba hemipléjica pero con movimiento, si yo le decía levántese lo iba a poder hacer, pero ahí me acordé de algo que me había marcado a fuego el doctor Egidio Masey, un médico al que le debo mucho de mi formación. El decía que el médico tiene que tener 50% de científico -saber, estudiar, actualizarse-; 45% de calidez humana -ver no sólo el síntoma sino saber qué le pasa al paciente, qué siente, cómo es su vida-; y 5% de artista. Entonces fui hasta el consultorio y volví a la casa con una inyección de un energizante muscular. Se la puse y le dije: 'ahora puede levantarse'. Hice el acto de artista con la inyección, porque en realidad no cambiaba nada en su situación. Pero fue como que le daba un shock, sobre todo para la gente que la rodeaba, y fe a la paciente".
La señora a la semana ya daba la vuelta manzana caminando y sorprendía a todo el pueblo. "La gente decía: 'estaba paralítica, pero el doctor le dio una inyección y la curó'", recuerda Luis. Eso hizo que un mes después, Del Valle tuviera el consultorio repleto de gente. "A partir de ese momento trabajé siempre a consultorio lleno", asegura.
Según recuerda, "venía gente de Tres Arroyos y de toda la provincia, hasta en avión llegaban. Es más, un domingo El Condor fletó un colectivo completo desde Tres Arroyos con pacientes para mi".
Eran tiempos en los que el doctor atendía cualquier tipo de patologías, a nadie le decía que no. Hasta que recibió un llamado que lo puso en alerta. "Un día me llamó el doctor Carlos Campano, cuando atendí supuse que era para criticarme, porque yo había despertado muchos celos en mis colegas de Tres Arroyos, que me tildaban de curandero. Pero no, Campano, sin conocerme, me dijo: 'he visto su trayectoria, anda bien, pero tenga cuidado, todas las patologías graves están yendo para allá, los pacientes que los médicos acá no han podido curar, van a Copetonas, y usted es el último que los atiende. Y si se mueren, usted va a cargar con todos los problemas. Entonces tiene que poner un filtro, a ciertos casos dígales no'".
El ser humano
Para explicar porqué había causado semejante revolución en un pueblo como Copetonas, Luis entiende que se debió a que "me preocupaba por la parte humana, igual que ahora. Yo a un paciente tardo en atenderlo entre una hora y una hora y media. Por eso no me jubilo, hago la medicina que yo quería, porque tengo más tiempo. Pero para hacer eso tengo que cobrar cara la consulta, porque es el único filtro que puedo poner. Si no, otra vez estoy atendiendo hasta las tres de la mañana como me pasó más de una vez".
A mediados de la década del 70, Del Valle se instaló en Tres Arroyos. "Estaba muy aislado allá y, además, todos los pacientes que tenían eran de acá. No tenía sentido quedarme en Copetonas", cuenta. En la década del 80, el doctor abrió una pequeña clínica en la esquina de Sebastián Costa y Moreno. "La tuve que cerrar en la época de la hiperinflación, durante el gobierno de (Raúl) Alfonsín por el atraso con que pagaban las obras sociales", asegura. Y también se especializó en cirugía: "Pero ejercí poco como cirujano porque hay muy poco contacto con el paciente, es algo muy frío. A mi siempre me interesó cuidar a la persona".
Del Valle insiste en que la clave es la parte humana. "El paciente viene por un dolor en el dedo gordo, yo le tomo la presión, veo cómo está del aparato digestivo, le pregunto si duerme, si está nervioso, y después sí, voy al dedo gordo", cuenta.
Ya con 40 años de profesión, Luis entendió que estaba por el camino equivocado. "Me di cuenta que era un agente de venta de los laboratorios, que la medicina que se hace, que se llama científica, en realidad es una medicina química. Que ataca el síntoma. Si vos tenés presión, te dan el remedio, pero si al otro día te olvidaste de tomarlo sos hipertenso. No te cura. El negocio lo hacen los grandes laboratorios, y el médico es un agente", cuestiona.
¿Qué hizo Luis entonces? "Busqué mucho hasta que llegué a la medicina ortomolecular, a la ozonoterapia y a la celuloterapia", explica el médico que luego decidió especializarse en geriatría.
"Ahora disfruto mucho más que antes de mi profesión. Atiendo a los pacientes que quiero y los atiendo bien. Mientras esté lúcido seguiré laburando", dice Del Valle, con 79 años y el reconocimiento del Colegio de Médicos de la Provincia por haber cumplido en el 2010 sus bodas de oro como médico.
Como cada año, la próxima semana Del Valle viajará a Perú. La estadía en su país natal se divide en dos, por un lado la visita a Chincha Alta para ver a la parentela, por otro, el recorrido por la selva amazónica donde estudia las yerbas medicinales como colaborador de la Universidad de San Marcos de Lima.
¿Y Subaute? "Lo busqué una vez en el hospital donde trabajaba en Lima, pero no volví a verlo", dice Luis. Nunca se enteró entonces que fue el inspirador de un médico muy particular.
Nota publicada en Diario La voz del pueblo...



"Facio" Martinez protagonista de una tragica Historia...

La muerte suele llegar en las ciudades envuelta en una trifulca difusa, con delicuentes como protagonistas, después de las frenadas de un auto de vidrios oscuros, de noche, cuando un grupo de pibes espera en una esquina que llegue la diversión, y otro, más organizado, aprieta el acelerador haciendo puntería. Estos son los asesinatos de los que nos ocupamos cada semana: son lo clásico del policial moderno. Es raro ver un crimen que puebla la página policial con la consistencia del campo: como el del 23 de enero, el del peón que decidió no dejarse maltratar por un patrón de doble apellido; el de Bonificacio Martínez, hombre silencioso y sumiso, hasta que después del último insulto fue por la escopeta al rancho y calló al patrón, Marcos Pizarro Costa-Paz, de un solo perdigonazo que le achuró el cuello. Fue en el campo El Micheo. Esto es a unos cincuenta kilómetros, de González Chávez, a unos 35 del pueblo de De La Garma y sus 1800 vecinos, a 15 de Juan E. Barra, y de sus 300 habitantes. La distancia hace al asunto: en la soledad aislada de la pampa se coció el odio vengador y en esa lejanía se zanjó con sangre. Al policía Luis Forte, 52 años, a cargo del puesto de Barra, nunca le había tocado en suerte un homicidio. Se metió en la bonaerense después de que la metalúrgica de aros de disco de De La Garma cerró en el 87. Se venían tiempos fuleros y con su mujer ya tenían tres pibes. Le tocó el destacamento del pueblo, hasta que en el 2001 lo mandaron con casa incluida a Juan E. Barra. Ahí se quedó hasta ahora, y en estos años fue que se hizo amigo de Bonifacio. Lo conoció como se conoce la gente en el campo, tomando mate, por horas, en largas tardes de dejar que las 600 vacas de Pizarro Costa-Paz pasten, antes de arrearlas a otro rincón de El Micheo y sus casi 700 hectáreas. Por eso Forte conoce la historia: por eso entiende lo que pasó el 23 a las cuatro de la tarde, lo que le avisaron los testigos apenas ocurrido el hecho. Cerca de El Micheo vive un estanciero vecino que quiere hablar pero no aparecer ni pintado. Don Alberto, lo llamaremos, describe a Bonifacio como un tipo grande, de 1.90, flaco como el que se alimenta a yuyos y charqui, reservado; un tipo laburador que nunca se peleó con nadie, ni con los cazadores furtivos que de vez en cuando se le colaban en el campo. Reservado, pero duro, dice el hacendado, respetuoso de la bravura del peón. Aunque otros peones de la zona, conocidos de Martínez, dicen, crueles, que “ya estaba gastado”. Todos sabían lo fundamental de Bonifacio: que era analfabeto, que llevaba 30 años en el mismo campo, y que este, el muerto, era más o menos el quinto patrón que tenía por el mismo trabajo. "El respeto a lo que la persona considera su derecho a ser tratado de una determinada manera, que se le pague, que no se le maltrate a él, a sus hijos, a su mujer, que no se lo acuse de vago o de ladrón. Si no se cumplen pueden terminar en una pelea”. Su amigo, Alonso Isidro, lo había visto llegar hace 30 años a estos lares desde Tres Arroyos, la ciudad en la que ahora está preso a la espera de un juicio. Lo había visto emparejarse con doña Rosa, hace unos 23, 25. Y sabía que ya grandes los dos, no habían querido tener hijos pero habían criado a las hijas del primogénito de ella, ahora dos mujeres ya grandes y casadas en De La Garma y San Cayetano. Alonso Isidro dice: “Era callado, era para tenerlo de amigo y no faltarle el respeto”. Alonso y Don Alberto conocen la casa que Pizarro Costa-Paz le daba para vivir a don Bonifacio: una casa pequeña, sin luz ni gas, con una bomba de agua, techos que se llovían, de material pero desvencijada por el tiempo, con ventanas sostenidas por palos. Los hombres de la zona conocen al hombre que disparó, y sabían del hombre muerto, pero sobre todo tienen claro cómo era el terreno en el que se cocinó el encono. La tierra no era la mejor al noreste de la próspera Tres Arroyos: es un potrero enorme, de casi 700 hectáreas, con pastos altos y sin alambrados internos, lo que hacía más difícil el arreo y más fáciles los errores, las vacas sueltas, los terneros que se escapan. “Es un campo medio pelo, está muy mal de estructura, mal de alambres perimetrales”, dice otro estanciero, que estuvo a punto de arrendarlo hace algunos años. “Los corrales no eran adecuados, lo que hacía muy complicado el trabajo de encierre del ganado”, explica. Por eso, por el precio bajo, debe ser, piensan, que Pizarro lo arrendó hace justo tres años. Al día siguiente de su muerte se le vencía el contrato, y no había renovado, por eso tenía que llevarse toda la hacienda esa misma tarde. Por eso no fue un día típico para Bonifacio, acostumbrado a la tranquilidad de una rutina casi inquebrantable: como nunca tuvieron luz, él se metía a la casa apenas oscurecía. A eso de las dos, tres de la madrugada se despertaba y prendía la radio. A las cuatro y media se levantaba. Ya de día, agarraba el caballo y recorría el campo al galope. Pocas veces se lo vio en el pueblo en estos treinta años, unas cuatro, si acaso. Las compras las hacía su mujer en un Falcon Verde viejísimo. Martínez nunca había aprendido a andar más que montado. En ese silencio ganado por la constancia del peón era que irrumpió, según cuentan al menos siete testigos, la voz prepotente del joven hacendado Pizarro Costa-Paz. Lo hacía para llamar la atención del peón que le cuidaba la hacienda con reproches que no mantenía en privado; lo hacía delante de gente, para peor. "En ese silencio ganado por la constancia del peón era que irrumpió, según cuentan al menos siete testigos, la voz prepotente del joven hacendado Pizarro Costa-Paz. Lo hacía para llamar la atención del peón que le cuidaba la hacienda con reproches que no mantenía en privado; lo hacía delante de gente, para peor." Es feo hablar de un finado, dicen en los pagos de Bonifacio, pero nadie quiere dejarlo solo en el calabozo en el que lo visita su mujer media hora por día. Son al menos cinco las fuentes –entre peones y estancieros de la zona—que definen a Pizarro Costa-Paz como “una persona soberbia”, “altanero”, “de mal trato”, alguien que “quería llevarse el mundo por delante”. Y esa manera, esos modos rompían, según todos con los códigos no escritos de los lugares en los que la ley está lejos como la ciudad más cercana. “En el ámbito rural funciona lo que se llamarían códigos, pautas culturales del mundo rural –dice el doctor en historia por la Universidad de Oxford, Edgardo Míguez, autor de El mundo del Martín Fierro-. Ciertas normas no escritas de lo que está y no permitido en relación al respeto que una persona se merece. El respeto a lo que la persona considera su derecho a ser tratado de una determinada manera, que se le pague, que no se le maltrate a él, a sus hijos, a su mujer, que no se lo acuse de vago o de ladrón. Si no se cumplen pueden terminar en una pelea”. Pizarro Costa-Paz tenía ese defecto, pero no era el único. Era descendiente directo de Julio Argentino Roca: el bisabuelo de su madre, Alejo Agustín Roca Paz, era hermano de Julio Argentino Roca, el general que comandó el exterminio indígena en la Conquista del Desierto. El patrón también rompía algunas normas escritas, como la nueva Ley del Peón Rural, sancionada hace ya un año, según la cual el trabajador no sólo tiene derecho a una vivienda digna sino a un salario pagado en término. Nada de eso formaba parte de los derechos de Bonifacio, como le ocurre aún a unos 600 mil peones de los 900 mil que hay en la Argentina. En las viejas formas de la explotación del peón estaba el pago en comida. “Acá lo que se acostumbra es que si vos tenés un empleado le tenés que dar todos los “vicios”: gas, fideos, carne, papas, aceite. Pizarro no se los daba”, lanza Don Alberto. Alonso Isidro denuncia: “Él me contaba que el patrón se atrasaba mucho en los pagos. Entre tres y cuatro meses. Tenía motivos para juntar bronca. Estaba muy mal”. Y Don Alberto completa: “Este chico –por el joven Pizarro Costa-Paz- le faltaba el respeto, le decía cosas: que no servía, que era un viejo inútil. Si te lo dicen solo es una cosa, agachás la cabeza y te vas. Pero él lo trató muy mal delante de 14 o 15 personas”. "El patrón también rompía algunas normas escritas, como la nueva Ley del Peón Rural, sancionada hace ya un año, según la cual el trabajador no sólo tiene derecho a una vivienda digna sino a un salario pagado en término." Habían sido 14, sumando a los vacunadores del Senasa que ese día habían tenido que trabajar a destajo. Pizarro el año pasado no había vacunado contra la aftosa a sus vacas. En general es algo que se hace dos veces al año, en marzo-abril y en septiembre-octubre. Para poder trasladarlas a otro campo tenía que hacerlas vacunar. El día anterior había sido de arreo, encerrar a las vacas para tenerlas listas y subirlas al día siguiente a los camiones. A las cuatro de la tarde, al calor de un sol oblicuo, Bonifacio hacía su trabajo en el yugo, el cepo por donde pasa el animal para subirlo a los camiones. En esas, como si el diablo hubiera querido, se le escapó una vaca. En esas, como era habitual entre ellos, el patrón le pegó el grito. Nadie ha dicho en sede judicial ni ante el cronista cuál fue el insulto que ofendió al peón. Sí se sabe que no contestó. Abandonó su puesto y caminó, resuelto, los cincuenta metros que hay hasta la casa. Bonifacio volvió con la calibre.28 de doble caño en un brazo. -Viene con una escopeta-, le dijeron los camioneros a Pizarro. Pizarro trató de calmarlo: -Vamos, Martínez-, le dijo. Cuando estaba a dos metros de distancia le disparó en el cuello. Los medios que contaron la historia la semana pasado dijeron algo que no ha podido ser confirmado, que Bonifacio dijo: “a mí nadie me grita”. Puede que haya sido. Los seis camioneros y el encargado de otro campo de Pizarro huyeron. Junto al yugo quedaron, Pizarro Costa-Paz, agonizante; en silencio, Bonifacio Martínez. En la casa, inmóvil, Rosa Pesarini. Los choferes tuvieron que hacer varios kilómetros para tener señal. Entonces llamaron la policía en De la Garma. Ellos le avisaron a Luis Forte, en Juan. E. Barra. Forte, poco acostumbrada a grandes noticias, apenas si había tenido que investigar el abigeato común de los campos, o un robo en la hacienda El Toro de donde se llevaron hace como seis años una camioneta, muebles y una motosierra que terminaron siendo recuperados. El 23 pasadas las cuatro de la tarde supo del homicidio y salió en su patrullero, solo, hacia El Micheo. Encontró a Bonifacio parado en el guardaganado. Había dejado la escopeta sobre la mesa. Tenía los brazos rendidos, al costado. -Qué pasó, viejo-, le preguntó el policía. Martínez, conmocionado, sin dejarse quebrar por el llanto, lo abrazó. -No me puede retar-, le dijo. Atrás llegaron los patrulleros de De la Garma y una ambulancia. Forte se quedó junto a Pizarro, que seguía vivo. Martínez fue subido al patrullero de De La Garma y él se quedó con el patrón, que todavía seguía con vida. Al peón lo llevaron a la comisaría de Tres Arroyos. El patrón murió en la ambulancia. Lo velaron en la ciudad de Buenos Aires, lo despidieron con una misa en la Basílica Nuestra Señora de Pilar y lo sepultaron en el cementerio de la Recoleta. En el diario La Nación fueron decenas y decenas los avisos fúnebres publicados por diversas familias más o menos patricias y por amigos y amigos de hermanos. Leerlos no deja de ser conmovedor. Hablan de un tipo alegre, y de sus tres hijos pequeños. El crimen rural vuelve, irrumpe, como el disparo de una .28 en medio de la pampa agreste.

Copetonas En su Centenario homenajea a sus dos hijos heroes...



En este momento tan especial y cargado de emociones…como es el de homenajear a través de distintas personas a todos los que de un lugar u otro le dieron vida en estos 100 años a nuestro pueblo Copetonas…me toca  en suerte y a pedido de ellos…los homenajeados…si homenajeados por que viene por partida doble…por lo tanto doblemente emotivo para mi por la amistad q nos une desde la infancia….Y también por supuesto para cada uno de los que están hoy aquí presentes, ya que son hijos de este pueblo…Copetonas preferiría no tener héroes, por que digo esto?…porque el titulo de héroe se logra a través de exponer y en mas de una oportunidad entregar el bien mas preciado que nos ha dado Dios que es la vida…Y nadie desea pasar o que pase otro por una situación así.…

Pero también es cierto que hay  sucesos y acontecimientos no queridos y mucho menos deseados que llegan a nuestras vidas y debemos afrontarlos con entereza, coraje y valor, como lo hicieron estos dos hijos de Copetonas…

Nacieron aquí, disfrutaron y desarrollaron su infancia en estas calles, y como por lo general suele ocurrir cuando sus alas ya estuvieron lista emprendieron vuelo…uno con el sueño de recorrer y defender nuestro mar en la armada argentina el otro a través de la gestión de su amigo eligió velar nuestro cielo a través de la fuerza aeronaval de nuestro país…Siguieron unidos en el afecto, pero separados por las distintas actividades y lugares de residencia…El año 1982 tristemente recordado por los argentinos, estalla el conflicto armado de Malvinas…
Uno de los momentos mas trágico y doloroso en especial para los copetonenses de esa maldita y estupida guerra, fue el 2 de Mayo cuando el Buque General Belgrano en cuya tripulación se encontraba Blas Fernández, Blasito para la gente de este su pueblo, es vilmente atacado y hundido por el submarino nuclear Ingles Conqueror…Blas logra sobrevivir al ataque, salir de ese infierno  y ocupar un lugar en la balsa nro 20 junto a otros camaradas…el buque queda en el fondo del mar junto a unos 300 tripulantes que le hacen guardia de honor como afirman quienes sobrevivieron…El superar esa situación, era tan solo una parte, ya que ahora si querían salvar sus vidas debían afrontar la madre de todas las batallas, contra el frío del viento, las aguas heladas, con sus olas inmensas, inclusive todo el esfuerzo podía ser en vano si no eran avistados a tiempo ante el riesgo de morir congelados…Blas centraba sus pensamientos en sus seres queridos, sus amigos, este su pueblo para mantenerse fuerte y no dormirse.. porque dormirse era no despertar mas, dormirse era morir…

El día 3 de Mayo a las 06:15 horas, el señor Capitán Julio Hugo PEREZ ROCA junto a su tripulación, de la cual formaba parte José Alberto Andersen “Cuqui” para todos nosotros despega del aeropuerto de Río Grande al mando de la aeronave Neptune 2-P-111, rumbo al área del hundimiento del Crucero, con la misión de búsqueda de los náufragos. Luego de varias horas de búsqueda, un miembro de la tripulación le informa al Capitán que se encontraban en “LOTERÍA”, término utilizado para definir que, a partir de ese instante, el combustible remanente era el justo y necesario para llegar al aeródromo mas cercano – en este caso el de la ciudad de Ushuaia. Es en ese momento cuenta Cuqui que el Capitán les pregunta que desearían si udes estuvieran en las balsas…la respuesta de continuar no fue necesaria poniendo de manifiesto el sentido del esfuerzo, abnegación y sacrificio ante una situación limite. Ya que, sabiendo que de continuar con la búsqueda, la aeronave corría verdadero riesgo de no poder retornar a  tierra… A costa de sus propias vidas, tomaron la heroica decisión, de continuar buscando a sus camaradas, luego de más de 9 horas de vuelo. Se produce el milagroso encuentro entre los dos amigos hijos de este pueblo, Cuqui desde el aire enviando un rapido mensaje sobre la ubicación de las balsas para su rescate, Blas desde una de las balsas agradeciendo su presencia aun sin saber ni uno ni el otro de la presencia del amigo…Ya en tierra cuenta Blas que su familia abocada a su búsqueda entre los sobrevivientes con la desesperación y angustia logica no lograba respuestas sobre sus suerte, hasta que un camarada vio la foto de Blas en un documento que tenia su esposa en la mano y dijo…pero este es “Copetonas” si el esta bien y eso posibilito el encuentro con sus seres queridos..Allá muy pocos lo conocían por su nombre para la mayoría era simplemente copetonas… Y aquí se podría decir que se termina la historia pero no…hay otros 2 pequeños capítulos que quiero contarles…Uno tiene que ver con esa deuda pendiente que tenemos con nuestro veteranos de guerra, por lo tanto, luego de hacer unas averiguaciones de cómo hacerlo,  presente ante el consejo de deliberante de tres arroyos una nota solicitando que una calle o lugar de nuestro pueblo llevara el nombre de Blasito Fernández  y Cuqui Andersen….por lo tanto aprovecho esta oportunidad para agradecer a las distintas fuerzas políticas y comisión de fomento de Copetonas, que hicieron posible que Copetonas no tenga deudas con sus 2 héroes ya que aquella plazoleta lleva sus nombres. 

 El ultimo capitulo de esta historia tiene que ver con que nunca pudieron encontrarse personalmente, nos debemos un abrazo me decía siempre Blas..Yo lo voy a lograr le dije…pero cada intento chocaba con alguna dificultad…tampoco pudo ser el año pasado con el acto en la plazoleta q lleva sus nombres…este año tiene q ser me dije se cumplen 30 años voy hacer algo grande la verdadera historia del hundimiento naufragio y rescate de los sobrevivientes del Belgrano contada por sus protagonistas. Y lo que es mas importantes mis amigos se abrazaran al fin como tanto lo desean. Me comuniqué con Kuqui que era el más complicado por la distancia, no estaba dispuesto aceptar ninguna excusa…”Imposible Cococho me voy a Francia a visitar a mi hijo que esta estudiando allá…tengo todo listo”…sentí una sensación extraña agridulce por un lado contento q mi amigo tuviera su hijo estudiando en Francia y la posibilidad de visitarlo…y por otro lado me sentí mal por no lograr mi cometido…le pregunte a Dios por que…el que siempre hacia llegar mis proyectos a buen puerto en esto no me respondía….pero saben? …Dios responde siempre, solo que el tiene sus tiempos y momentos que por ahí no son los que nosotros manejamos o deseamos..El con su inmensa sabiduría entendió q ese encuentro, ese abrazo, no debía darse  cualquier día, en cualquier momento, ni en cualquier lugar…debía ser en un día, lugar y momento especial, por eso hoy y aquí, en el día de su cumpleaños nro 100, Copetonas abre su corazón para recibir a sus dos hijos  héroes, Adalberto Blas Fernández y José Alberto Andersen…y se den ese abrazo pendiente…








CENTENARIO DE COPETONAS......



Copetonas es mi pueblo, mi lugar en el mundo, allí donde mi madre me trajo al mundo, allí donde pasé la mayor parte de mi vida, mi infancia, feliz por cierto, y si digo feliz, no es porque de niño tuviera muchas licencias o muchos juguetes o mis padres muchas posibilidades de ofrecérmelos, no. Mi infancia fue una infancia feliz porque se desarrolló en un clima familiar fantástico, al punto de atreverme a llamarlo único. Crecimos con mi hermano Manuel  en casa de mis abuelos maternos, no sabían ni leer ni escribir ninguno de los dos, pero eran  egresados con las mejores notas de la facultad de la vida, especialistas en educar y transmitir valores, con palabras sencillas y llenas de sabiduría, la casa,  un  ranchito de adobe famoso por los grandes bailongos de 2 o 3 días de duración.
 
De niño tuve muchos amigos que la vida me ha permitido conservar a través del tiempo, dispersos, pero siempre presentes en mi ánimo y, por supuesto, en mi corazón. Juntos fuimos atravesando la infancia y juntos nos sorprendió la adolescencia y el crecimiento de las alas. Un buen o mal día esas alas levantaron vuelo y a casi todos nos ganó el exilio, el exilio natural de un tiempo que ya nunca más regresa y cuyas coordenadas están escritas y bien definidas en el libro del destino. Flotando en el incontaminado aire de Copetonas se quedaron nuestros despertares a la vida, a los sueños, la fantasía, la imaginación y naturalmente las esperanzas. Nos fuimos, unos antes, otros después, con la promesa de volver algún día al encuentro de las emociones y a descolgar de ese incontaminado aire de nuestra infancia y adolescencia, los recuerdos más urgentes de recuperar.

-¿Te acordás “pelo” de aquella vez que…?  ¿Y vos “tomate”, de aquella otra que...? Y Carlitos, Gustavo, el “Boye”, Julio, Pelusa, el Chile, Quito, “El Tito”, ché ¿como lo perdimos tan joven? Etc.

El reencuentro con lo que uno ama es un privilegio que nos da la vida a los que la vivimos en una relación estrecha con el amor.
 El festejo de los 100 años de Copetonas, va tener que ver mucho con cosas del corazón. La noticia de los festejos cundió generosa y estoy seguro que todos los que por distintas circunstancias debimos emigrar de nuestro pueblo nos entusiasmamos con la posibilidad de acudir a la cita. 6, 7 y 8 de Octubre fueron los días señalados y de los cuatro puntos cardinales llegaran Copetonenses. El aire incontaminado  de nuestro pueblo entonces se contaminará de lágrimas emocionadas, en el abrazo prometido y durante tanto tiempo esperado.
Será ocasión para que Copetonas gracias al esfuerzo de la Comisión organizadora, autoridades y residentes, se vista de fiesta, será  tiempo de cantar y bailar y de abrazos cargados de afectos renovados.
Todos nos sumaremos al recuerdo de aquéllos que ya no están, a quienes la vida se los llevó por delante y nos dejaron esperando en el andén.
 
 Para mí, esto que acabo de narrar ha de ser el menú principal del centenario de Copetonas. Lo demás, y me refiero a los distintos actos y comidas y desfiles y el inmenso esfuerzo de la comisión encargada de la organización, mas vecinos y autoridades, conforman los detalles de ese momento maravilloso único e irrepetible que viviremos los Copetonenses este fin de semana.  


                                                                  

                                                                               Jorge O. Gonzalez














El Huracan Copetonense II

Parados: Manolo Palmas (mascota su hijo Carlitos) Cacho Prado, Tito Musa, "Negro" Blanco, J.C.Andersen, "Kicho" Funes, Agachados: Negro Nuñez, Chongo Insua, Gayarile Sorensen, Hugo "Tingo" Elichiri, Chirola Arana.

"El bueno de Poly....


Pole Christensen…..Pole para la mayoría de los Copetonenses…
El bueno de Poly para mí y mis amigos de la infancia.
Era como un tío por su trato bondadoso, para con un puñado de pibes que en las infernales tardes de los veranos copetonenses de los años 60 – 70  estaban a años luz de disfrutar de una piscina, y ni hablar de vacaciones en alguna playa, entonces el tanque con el molino que le tiraba agua fresca de la quinta del bueno de Poly era nuestro paraíso.
Estoy seguro que su corazón generoso se compadecía de nuestras necesidades y ahora lejos en el tiempo hasta me permito pensar que nos veía como parte de su vida y nos abría las puertas de su quinta aun en contra de sus intereses, digo esto porque en nuestras mesas era muy raro ver frutas y recorrer el camino que nos llevaba hasta el tanque entre plantas de: manzanas, duraznos, ciruelas, cerezas, mandarinas, naranjas etc…que quieren que les diga, era una tentación poco menos que irresistible, a pesar que la regla impuesta por el bueno de Poly era: “báñense pero ojo con meter mano o hacer daños en los frutales…antes de irse les voy a dar permiso para que junten las que han caído al piso”. En este día en nombre mío y de mis amigos,  quiero pedirle perdón al bueno de Poly por haber adelantado la caída de algunos frutos…Y cuando nos pescaba rompiendo la regla nos decía ¡¡¡No hay mas permiso!!! Al otro día volvíamos y nada….al segundo tampoco…y al tercero nos refrescaba las reglas y vuelta a tirarnos de los bordes del tanque como si fuera la mejor pileta olímpica.
Pole Christensen abanderado de una especie en extinción en estos tiempos, trabajador, educado, honesto, generoso y muy solidario con todos…..El bueno de Poly siempre acompañando a familiares y al vecino que parte rumbo a su ultima morada…El bueno de Poly…el padre que no pudo ser…El bueno de Poly el padre que mas de un chico quisiera tener….






 MUY LINDO LO QUE ESCRIBISTE DE POLE LASTIMA QUE HACE  1 AÑO QUE SE ME FUE YO VIVO EN SAN MARTIN DE LOS ANDES Y POLE FALLECIO ACA EN MI CASA ESTA SEPULTADO CON MI PADRE SU HERMANO MAS CHICO FIO O ENRIQUE GRACIAS POR LO QUE HACES UN ABRAZO (MIRIAM ELENA)

vale agregar que este homenaje lo preparé  desconociendo que se cumplia el 1er aniversario del fallecimiento de Pole...Como no creo en la casualidades apuesto a que el bueno de Poly me vino a visitar se mandó a mi interior....y se fué, espero que feliz no solo con lo que le escribí...sino tambien con los comentarios y aprobacion de todos los que visitan este blog...

Que tiempos aquellos.......

Gerardo "Pequeño" Bugallo...

Ayer Viajé a Tandil, al cumpleaños de un amigo de la infancia que no veía desde hace 30 años, pero en especial a reencontrarme con parte importante de mi historia familiar, por que allí junto a mi amigo Pelusa estaba su mamá Elsa, amiga, con todo el verdadero significado de esa palabra, de mi madre y abuelos, en aquellos tiempos de copetonas, donde su casa era la nuestra, y la nuestra su casa, hermanos en especial en las necesidades, donde en tiempos difíciles el ¿tendrás un poquito de aceite, harina, azúcar, yerba etc? Iva de un lado al otro…
Todo un día, resulto poco para tantos recuerdos…Pero esta el compromiso de seguir visitándonos y acompañándonos hasta el último de nuestros días…Me volví con la felicidad del momento compartido y maldiciendo el tiempo perdido. Como no podía ser de otra manera en un ser que es todo corazón y generosidad, el tiempo libre que le da el estar jubilada, lo ocupa ayudando a los demás con su fundación “Ña Amanda”… Elsa un canto de esperanza para los desesperanzados…una luz en las tinieblas que vive nuestra sociedad en estos tiempos…Corazón generoso y mente sabia para poner limites  y  reglas claras al momento de ayudar…necesitados sí…vagos no….

Hay dos Argentinas…La que vivimos y la de ella….
La de la mentira cotidiana y la de su tenaz canción de amor.
Hay dos argentinas, pero una sola Nación posible…La de Elsa…
En su escenario de cuatro metros cuadrados se cantan doscientas setenta razones para que doscientas setenta sueños no mueran cada día…
Con certeza de roble y ternura de madre se acerca y te cerca, con sus pupilas mansas y convencidas…Y es inevitable sumarse a su canto de dar…
Mezcla palabras sustanciosas y limpias papas, zanahorias, cebollas, aromas y lentamente con precarios instrumentos le pone música a la estrofa…Y cantan sus razones…Las raciones de comidas…
Ella no espera que le digan como, construye y cocina, tomándole el pulso a lo que existe y tiene…
Elsa Amanda Luro de Leone tiene sabiduría para excavar y descubrir las presas y las manos necesarias…
Oficia de interprete lucida de la para algunos –oráculos- indescifrables, traduce signos incomprensibles a los ojos de los necios….Y DA COMIDA COMO DANDO EL ALMA….

"El Rancho de Pituiti"....

                                                                El rancho se va muriendo,
sin nadie que lo lamente.

Solo, solito y sin ruido

después de tanto servicio!

Protección y compañía

le dan árboles y flores.

¡Que raro me suena a mí,

la muerte y la vida juntas!

Esa tapera tan triste,

con espinazo quebrado,

sabe que llega el final,

y nada puede salvarlo.

Cúantas vidas ha vivido?

A cuántos a cobijado

en esas noches de invierno

en que la lluvia arreciaba

y se le oponía al viento?

Tiene alma, sentimiento?

O sólo a mi me parece

que mas allá de lo que veo,

se está muriendo por dentro!!

El Huracan Copetonense..

Nelson (Cacho) Prado, "Negro" Blanco, "Cordobes" Gomez, (Chirola) Arana, (Tito) Musa, Ruben Insua
agachados: "Manolo" Palmas, "Chongo" Insua, Carlos Nuñez, Jorge Prado, "Nacho" Perez...

Santa Elsa....

Hoy como acostumbro luego de agradecer a Dios por regalarme un nuevo día, y pedirle que me acompañe a recorrerlo, me respondió rápidamente ya que al sacar el auto para comenzar con mis actividades, un joven Copetonense radicado en Tandil se me acercó para entregarme algo..me dijo: ”Te lo envía Amanda”, agradecí y noté que se trataban de fotos, rápidamente las vinculé con el blog de Copetonas, no ...pregunté ¿que Amanda?, por que entendí que a través de las mismas lo descifraría, y así fue, cuando descubro la primera foto me corrió una sensación que me sacudió y rápidamente y prácticamente sin darme cuenta noté que una lagrima rodaba por mi mejilla hasta depositarla en la foto que tenia en mi mano temblorosa por la emoción…”Elsa…por Dios es Elsa” Si por que mas allá que en su lugar de residencia actual es Amanda Luro para todos los Copetonense que tuvimos la oportunidad de conocerla y disfrutar de su inmenso amor por todos los niños sin distinción de clase social, color de piel, ni raza, era y seguirá siendo Elsa Leone. Portera de la escuela 25 de Copetonas durante muchisimos años….Agradecí a Dios por regalarme semejante momento….y pensé sobre como definir a este ser, en especial para aquellos que no tuvieron la fortuna de conocerla y se me ocurrió o tal ves me lo dictó el supremo: “Si Dios se propusiera reconstruir la humanidad, y necesitara de un modelo de mujer, no tengo dudas que Elsa junto a otras grandes mujeres como la madre Teresa estaría en su consideración”….



(En la fotografia Elsa junto a su hijo "Pelusa" mi gran amigo de la infancia)

AYER Y HOY DE LA PEÑA "EL CARDO" DE COPETONAS

PEÑA "EL CARDO" AYER......









PEÑA "EL CARDO" HOY......