Y un día Quique dijo, “muchachos, los dejo, me están esperando”, y así con la misma simpleza que vivió entre nosotros, se fue al encuentro
de Iris su fiel compañera de toda la vida, que se marchara un tiempito antes, como
para preparar la llegada de Quique…
Enrique Tomas Scoccia, Quique, el negro, el cura gaucho
(bautizaba a todo el mundo gratis), hijo de zapatero, amante de los fierros, y en
especial cosechar amigos, comprometido como pocos con su pueblo, formando parte
de distintas comisiones o como simple colaborador, estuvo al frente de la
delegación de Copetonas, su humildad, corazón generoso y siempre dispuesto a
arrancarle una sonrisa a cualquiera, con sus historias y forma ocurrente de
apodar con humor y a su ves con respeto, ya que no daba lugar a bronca alguna
del vecino bautizado. Todo eso y mucho más, ya que seria imposible graficar en
pocas líneas un personaje tan especial y con tantas bondades como Enrique Tomas
Scoccia, izo que se ganara un lugar especial en el corazón de los Copetonense y
todos quienes tuvimos la posibilidad de tratarlo, que nada ni nadie podrá, borrar
jamás….
Mis condolencias y respeto para con su familia, quise recordar a Quique con seriedad, con mucho sentimiento, tristeza y dolor, pero a su ves, con esa pizca de humor que el le ponía a todo lo que hacia…Aunque tu ausencia sea solo física ya que te recordaremos eternamente …Se te va extrañar Quique….
Y ahí andará "el cura gaucho" de la mano de
Iris, recorriendo el cielo, reencontrándose con tantos amigos, y con su clásico…”¡¡Che!!
¿Sabes como le dicen al santo aquel…..?
Muchas lindas palabras, muy emotivas, muchas gracias por el reconocimiento
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